viernes, 5 de diciembre de 2014

Capitulo 9



*Ella*



Finalmente, volvió a su casa luego de un rato…después de lo que había pasado, ya no tenía mucho ánimo de “disimular” su molestia, y menos enfrente de Ignacio, quien se paseaba por la casa de su hermano, como si nada hubiera pasado… Claro, él pensaba que todo terminaría como siempre, un simple perdón, palabras bonitas, regalos…y esta vez, no sucedió así…esta vez, Pedro volvió para revolucionarlo todo…revolucionarla a ella.

Llego a su departamento un poco cansada, ¿cansada de qué?, de pensar y darle vueltas a lo mismo, ¿debería hablarle o no?...Fue recibida cariñosamente por su mascota, esa bolita negra, llamada Moro, porque si, aunque le dijeran lo contrario, era machito… Sonrió una y mil veces mientras recibía cariño perruno, que hasta decidió llevarlo a la plaza, se lo merecía…y ella también, necesitaba despejarse un poco. Le puso la correa y una vez en la vereda, comenzaron a caminar hacia el gran espacio verde, que se hallaba a unas pocas cuadras de su edificio. El día seguía siendo gris, pero el clima estaba bastante soportable…Ni bien pisaron el césped, le quito a Moro su correa, y lo dejo que fuera a hacer sus necesidades, mientras ella tomaba asiento y volcaba sus pensamientos, nuevamente hacia Pedro…Sonrió al recordar sus pequeños piropos…su sonrisa de costado. Su aroma…Suspiro, se sentía en la adolescencia nuevamente, pero es que era casi lo mismo…cuando Pedro se escondía de Gonzalo para poder estar cerca de ella, volvió a sonreír, y miro a su alrededor para divisar a Moro; su sonrisa se borró automáticamente, ¿Dónde estaba?, se preguntó preocupada…

Rápidamente se puso de pie, y comenzó a caminar al mismo tiempo que miraba hacia todos lados,  su pulso estaba acelerado, gritaba su nombre y no había señales de él.

Levanto la vista una vez más y…se encontró con esa mirada, Pedro estaba allí, ella se quedó helada, quieta en su lugar, y más helada aun cuando el comenzó a acercarse…





-¿se te perdió algo?—le pregunto el, cuando estuvo a una distancia razonable—

-Mi perro, no lo encuentro. Lo llamo y no viene—le respondió ella, preocupada. Ella lo vio sonreír, y frunció el ceño-- ¿de qué te reis?—pregunto ella, esta vez, molesta-

-De nada…solo que me parece que alguien lo encontró...a no ser que no sea Moro...—le dijo y ella sintió el alma volver a su cuerpo—

-¿Quién? ¿Dónde?—pregunto rápidamente y él le tendió la mano para que la agarrara. Y con miles de dudas, ella acepto, caminaron unos cortos pasos hasta un enorme árbol, y pudo ver a Moro con una nena, sonrió…a su mascota le encantaban los nenes-- ¡Moro! ¡te estaba buscando!—dijo ella, llamando la atención del perro, quien luego de unos segundos, se acercó a ella—

-Pero tio, el es mi amigo—le dijo la pequeña a Pedro, Paula lo miro-

-Piojito, te dije que tenia dueño—le dijo Pedro—

-Pero yo lo quiero—le dijo nuevamente—

-Si piojo, pero es de ella el perro—le dijo Pedro, señalándola y la pequeña la miro rápidamente, lo único que hizo, fue sonreírle-

-él estaba jugando conmigo—le dijo a ella-

-Si…se escapó—le explico Paula-

-Piojo ella es Paula—La presento con, ¿su sobrina?, tenía que serlo, porque le dijo tío, recordó ella—Paula, ella es Guillermina, mi sobrina—le dijo Pedro, y cuando volvió a mirar a la nena, ella le estaba sonriendo-

-¿Sos la novia de mi tío?—le pregunto sin pelos en la lengua, pregunta que sorprendió a Paula, o mejor dicho, la tomo desprevenida-

-Eh no, no…soy una amiga de tu tío—le explico ella, suavemente-

-Ah…porque sos muy linda—le dijo Guillermina, cosa que la hizo sonreír-

-Muchas gracias Guille, vos también sos muy, muy linda—le dijo ella, y giro su cabeza para ver a Pedro sonreír-

-¿Me dejas jugar con él, Paula?—le pregunto tiernamente, y aunque quería salir corriendo lejos de Pedro, la pequeña la estaba mirando con una carita a la que simplemente no podía responder “no”-

-Si, dale…Moro se llama—le dijo y ella sonrió-

-Moro, Moro, veni—lo llamo y el automáticamente corrió hacia ella. Un silencio se instaló alrededor, y podía sentir a Pedro mirándola-

-Asi que…¿estas mejor?, digo, encontraste a tu perrito—Pedro rompió el silencio—

-Eh si, si…me dio un susto enorme—respondió ella—

-Ah…que bueno—respondió el—

-si—dijo ella—es muy linda tu sobrina—dijo ella, tratando de sacar un tema-

-Si, y habla hasta por los codos—dijo el, riendo—

-pero, ¿Qué edad tiene?, habla muy bien—pregunto ella-

-Cuatro recién cumplidos, habla perfecto—dijo el, orgulloso. Ella sonrio-

-Mal—dijo ella, sonriendo. Ambos se sentaron en el césped y se quedaron en silencio, esta vez, era uno incomodo, y minutos después, fue roto por Pedro-

-No me dijiste que tenías novio…de lo contrario, ni siquiera te hubiese invitado a salir—le dijo el, de repente, sintió la mirada de él, y levanto la vista para encontrarse con ella-

-No tengo—respondió ella, casi en un susurro-

-¿Ignacio? ¿Qué es entonces?—le pregunto el—

-Mi ex –respondió ella, llevando la vista hacia los dedos de sus manos que se entrelazaban con cierto nerviosismo—

-¿Tu hermano lo acepto?—pregunto el, y esa pregunta la sorprendió—

-Al principio no…pero después lo tuvo que aceptar—le contesto ella—

-Ah—respondió el, bajando la vista-

-¿ y vos? ¿tenes novia?—le pregunto, en parte por curiosidad, en parte para sacar un tema-

-Tuve…pero no fue nada importante, simplemente…todavía no encontré a alguien a quien quiera de verdad—le respondió, y ella largo un suspiro-

-pero, ¿estuviste enamorado alguna vez?—le pregunto, y se sorprendió por el rumbo que había tomado esta conversación-

-Si…una vez, pero ella nunca lo supo,  nunca le dije cuanto la quería—le respondió—

-¿Por qué no?—pregunto ella, y lo miro-

-Porque había alguien que me lo impedía—le dijo-

-¿tenia novio?—preguntó ella-

-No…no exactamente—le dijo-

-Ah…¿puedo saber su nombre?—le pregunto y el solo la miro-

-Si…--dijo, y justo cuando iba a responderle llego Guillermina con Moro, quien caminaba a su lado—

-Tio, tengo hambre—le dijo la pequeña-

-¿Te cansaste piojo?—pregunto el, con una sonrisa-

-Si…quiero ir con lala—le dijo la niña sonriendo-

-Ya nos vamos—le dijo el—

-Pau ¿puedo jugar con Moro otro dia?—le pregunto Guillermina con una sonrisa-

-Por supuesto que sí,  le tenes que decir a tu tío que te lleve a visitarlo—le dijo guiñándole un ojo a la niña-

-¡si!—dijo ella, festejando-

-Bueno…nos vemos Pau, fue un gusto volver a encontrarte—le dijo Pedro, mirándola-

-Igualmente Pedro—dijo y automáticamente él se acercó para dejar un beso en la mejilla—Chau—le dijo, y tomando la mano de su sobrina, se alejaron caminando. Dejándola boquiabierta…con el corazón acelerado—



¿Y si lo había visto, porque no le pidió disculpas?...Mas confundida aun.


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Buenas buenas...¿como andan?, espero que bien. Acá estoy dejandoles el capitulo 9, que espero les guste y que por supuesto, porfis COMENTEN.

Que tengan linda noche, y como siempre les pido que dejen sus comentarios, me gusta mucho leerlas. asi que es lo único que quiero y ojala sean MUCHOS MUCHOS

Besotes




7 comentarios:

  1. Me imagine que iba a pasar otra cosa, me sorprendiste!!
    Que se sigan hablando ahora! Tenemos una aliada, Guille ;)
    Quiero mas mas mas...

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  2. Q lindo encuentro! Me da la idea q la enana y morito los van a seguir uniendo..mimiroxb

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  3. buenisimo!!! Me encantaría que se venga una maratón de esta novela!!!

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  4. Muy buen capítulo! le iba a decir que era ella???

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  5. me encantoo,muy lindo .lastima que la sobrina los interrumpió besos rociibell23

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